Río de Janeiro, oct (EFE).- El vigilante que
confesó haber asesinado a 39 personas en la ciudad de Goiania, capital
del estado brasileño de Goiás (centro), pidió hoy perdón por sus
crímenes y se dijo arrepentido de sus actos en una rueda de prensa que
concedió en la comisaría en la que está preso.
"Quería pedir perdón por lo que hice. Creo que
ahora es tarde para decir eso, pero me gustaría tener la oportunidad de
que me ayudaran de alguna forma", dijo el vigilante Thiago Henrique
Gomes da Rocha, de 26 años, en una rueda de prensa en la que respondió
escuetamente a algunas preguntas.
El homicida confeso, arrestado el pasado jueves y
que el viernes intentó suicidarse en la celda en la que está aislado,
dijo que su deseo inmediato es poder disculparse con las madres y los
familiares de sus víctimas.
Pese a no responder si considera que sufre alguna
enfermedad mental, el vigilante solicitó ayuda médica para librarse "del
sentimiento de rabia" que, alegó, le llevaba a cometer los homicidios.
"No da para explicar lo que siento. Es una rabia muy grande", aseguró al ser interrogado sobre el motivo de los crímenes.
Gomes da Rocha, que dijo estar arrepentido, agregó
que el sentimiento de rabia lo llevaba a buscar en la calle posibles
víctimas de forma indiscriminada, ya que no importaba su edad o sexo.
Entre sus víctimas se encuentran 16 mujeres, 8
mendigos y otros 15 hombres elegidos al azar, entre los cuales se
encuentran varios homosexuales.
En la rueda de prensa, en respuestas casi que con
monosílabos, admitió haber sido víctima de abusos sexuales en su
infancia y relató que nunca denunció al vecino que lo violó por algún
tiempo cuando tenía once años.
Dijo igualmente que sufría "bullying" en la escuela y que esos recuerdos le provocaban el sentimiento de rabia.
Tanto la Policía como su abogado dijeron estar
impresionados con la riqueza de detalles que ofreció sobre los
diferentes homicidios.
Gomes da Rocha fue arrestado el año pasado por
robar una matrícula de motocicleta en el estacionamiento de un centro
comercial y la Policía sospecha que cambiaba las matrículas de su
vehículo frecuentemente para evitar ser identificado.
El asesino "hacía vida normal" y estaba comprometido con una mujer, aseguró a Efe un portavoz de la Policía. EFE
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