Hay quien dice en Guatemala que Alejandro Maldonado siempre había querido ser presidente del país. Lo intentó en un par de ocasiones en los años ochenta y lo dejaba entrever en su libro de memorias publicado en 2013.
La lucha contra la corrupción endémica lo ha precipitado todo en Guatemala.
Asediado por la sospecha, el presidente Otto Pérez Molina perdió la inmunidad y renunció a su cargo
este miércoles. Cuatro meses antes, la vicepresidenta Roxana Baldetti
también se vio forzada marcharse y ahora se encuentra en prisión
preventiva.
Fue entonces, en mayo, cuando
Alejandro Maldonado resultó ser la única opción de consenso para asumir
la Vicepresidencia; ahora en septiembre, la marcha del presidente lo
lleva a asumir el cargo, como marca la Constitución.
El presidente entrante ha tenido "buena relación con todos los políticos", explica el guatemalteco Edgar Gutiérrez, director del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos.
“Es un hombre del establishment”
Así describe Gutiérrez el
presidente entrante. Lo presenta como un hombre con mucha experiencia en
asuntos de Estado, conservador, parte intrínseca del establishment de Guatemala en las últimas décadas.
Alejandro Maldonado fue magistrado de la máxima institución judicial de Guatemala,
la Corte de Constitucionalidad, hasta mayo. “Siempre procura fallos
judiciales salomónicos, siempre da una parte a unos y otra parte a
otros. Nunca tiene decisiones definidas”, explica por teléfono el
director del Instituto de Problemas Nacionales desde Ciudad de
Guatemala.
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